domingo, 8 de mayo de 2011

Reflexión sobre las mamás Disney.

Dentro del mundo Disney encontramos una gran variedad de personajes que son huérfanos por parte de alguno de los padres, pero sobre todo de madres, este es el caso de “Dumbo” que carece de figura paterna, “Bambi”, “Pinocho”, “Cenicienta”, “Peter Pan”, “Bella”, “La Sirenita”, “Blancanieves”, etc. Por ello ¿Qué ocurre en Disney para que nunca o, por lo menos, casi nunca, encontremos en una película un personaje que tenga padre y madre? Pero no solo a estos personajes de toda la vida les ocurre esto sino que a los actuales también, como Lilo&Stich, Tarzán, Anastasia, Nemo. Se nos ocurre pensar que esta característica que se les atribuye a muchos de los personajes Disney es por el mero hecho de que la imagen de los huérfanos hace que la historia se acerque más a nosotros, nos pongamos en su lugar y nos sintamos más en contacto con el personaje, ya que el hecho de carecer de madre o padre siempre nos parece bastante duro. Y quizá también la mayoría son huérfanos porque Walt Disney lo era. Por lo que la figura que más falta es la madre y la figura protectora es el padre o algún personaje masculino. Ni siquiera Dumbo, cuya figura protectora es un ratoncito, se libra de "la sombra del padre". Algo que llama la atención y que responde a una educación en la que las mujeres siempre necesitan ser salvadas. El cuento siempre es así, la chica es la princesita dulce y cariñosa, que necesita la mano protectora y heroica, que le ayude a salir de todo apuro. El sueño máximo de una chica es encontrar a un príncipe, que la cuide y que la haga feliz.



Por otro lado, se da el caso en muchas películas de que si una mujer está sola, el papel que cumple en la narración es de mala. Este es el caso de Úrsula (la bruja del mar) en “La Sirenita”, “Maléfica” (la bruja de “La Bella Durmiente”), la bruja de “Blancanieves” que vivía sola en una casa en el bosque etc. Por ello, llegamos a la conclusión de que muchos de los papeles femeninos en los cuentos suelen llevar cierta connotación negativa. En cuanto a los parámetros sociales, cabe decir que los cuentos infantiles han sido siempre una muy buena forma de educar y de inculcar los diferentes roles que cumplen los individuos en la sociedad. Un ejemplo estupendo lo podemos encontrar en “Mulán”, donde se indica claramente que los hombres deben luchar, mientras que las mujeres deben estar en casa, tener hijos y poco más. Este se caso se repite en numerosas películas y, por ello, al final nos acaban convenciendo de que el único papel de las mujeres es ser madre. Todo ello nos lleva a hacernos una simple pregunta: ¿son los cuentos tan inocentes como nos parecen? Por el mero hecho de querer educar, tienen poco de inocencia. Se intentan transmitir valores y si se radicalizan pueden conllevar una serie de elementos o situaciones bastante perjudiciales. Cabe decir además que si estos valores se utilizan de una manera correcta, pueden ser un instrumento valiosísimo para educar a los más pequeños de la casa, no sólo en el pasado, sino también en el presente y en el futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores